Los “topos” eran los
republicanos que, tras la Guerra Civil española, optaron por vivir
escondidos por muchísimos anos en los
sitios más inhóspitos, para escapar de la represiόn franquista. La historia de
estas personas fue descrita en el ano 1977 en la obra "Los topos de La
Guerra Civil" por los periodistas Manuel Leguineche y Jesus Torbado. Los
protagonistas de este libro son 24 y todos estuvieron encerrados por casi 20 o
40 años, fueron alimentados por familiares en condiciones de clandestinidad y
vivieron en ambientes poco seguros y
tampoco igiénicos.
Algunos de estos hombres
permanecieron encerrados hasta que el gobierno franquista extendiό un decreto
en el 1969, en el cual se declararon todos los delitos cometidos hasta el fin
de la Guerra Civil, el 1 de Abril de 1939.
Una persona representativa se
reconoce en la figura de Manuel Cortes Quero, que, aunque después de la Guerra
quiso reunirse con las otras autoridades, se oblio, siguiendo el consejo de su
mujer, la cual habia entendido el clima de violencia que seguiría la guerra. Entonces
en los primeros anos vivió en un agujero en la casa de su padre, saliendo
solamente por la noche para mover sus piernas. Después su mujer logró comprar
una casa, donde construyeron un espacio especial para esconderse. Hicieron lo
mismo con la segunda casa y siguió siendo ocultado por 30 años. Desafortunadamente no pudo participar en la
boda de su hija y tuvo que automedicarse algunas heridas tras algunos
problemas, tanto que, por ejemplo, se arrancó él mismo la mayoría de los
dientes. Cuando en 1969 sintió en la radio la noticia de la amnistía, no pudo
creerle y esperó algunas semanas antes de salir de su casa e irse al
ayudamiento para legalizar su situación.
Su caso hizo noticia y llevó a otros topos a salir de sus escondites y contar su propia experiencia, como por
ejemplo el comunista Pedro Nolasco Perdomo Pérez, que tuvo una historia
parecida. Aunque ha pasado bastante tiempo, hoy en día no tenemos muchísimos
testigos que nos cuentan los
terribles años que estas personan pasaron,
como si España quisiese esconder y “olvidar” lo que sucedió durante la
dictadura.